Durante siglos, el francés ha sido glorificado como la lengua del amor, una sinfonía de palabras que baila con gracia y elegancia en el corazón de los enamorados. Es una lengua que trasciende las fronteras y resuena con una dulzura hechizante, captando las emociones más profundas con exquisita sencillez. La historia de esta reputación se remonta a la Francia medieval, cuando los trovadores recorrían las calles empedradas cantando baladas de amor y romance en su